Es normal que uno tenga interés en informar al grupo de amigos dónde ha pasado el último fin de semana, colgando en la red social las últimas fotos o comentando en Twitter las últimas novedades. Pero que tu ropa sea tan indiscreta que twitee tu posición estés donde estés nos parecería el colmo!
Sin embargo, ésto podría llegar a ocurrir sin que ni siquiera nos demos cuenta debido a la cada vez mayor cantidad de objetos que disponen de dispositivos de identificación por radiofrecuencia RFID.
Estos dispositivos puede ser leídos mediante un lector que a su vez puede estar conectado a la red de redes. Artículos como la mayor parte de la ropa que compramos, las latas de comida, las botellas de bebida, los libros, etc. llevan diminutos dispositivos RFID que facilitan el control de stock en las tiendas o el seguimiento de su posición durante su transporte.
Para todo lo relacionado con la logística viene estupendamente y ahorra mucho tiempo y dinero, pero el hecho de no retirarlas del producto una vez adquirido hace que, disponiendo del hardware adecuado, se pueda localizar nuestra ubicación o incluso desprendiéndolas del producto y tirándolas a la basura, puedan dar información importante respecto a nuestros hábitos de compra.
El número de artículos con estos dispositivos crece a diario y en un futuro casi todo lo que se mueve en una ciudad puede ser detectado, seguido y monitorizado.
Como todo en esta vida... esta tecnología tiene su ventajas y sus desventajas y el límite entre nuestra intimidad, nuestra seguridad y el disponer de lo que queremos justo en el momento en que lo necesitamos empieza a ser difícil de establecer.
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