martes, 12 de junio de 2012

Team Raf Por Kari Estrada



Las cosas buenas le pasan a la gente que trabaja bien.

Como prueba de que al menos en ocasiones así sucede tenemos el reciente nombramiento de Raf Simons como director creativo de Christian Dior, la legendaria casa de modas francesa que hasta hace algunos meses era dirigida por el hoy exiliado John Galliano. Fue justo este personaje quien, además de protagonizar el escándalo más jugoso de la industria el año pasado, sin querer movió la primera pieza de este juego de ajedrez en el que algunos diseñadores pierden la cabeza mientras otros se convierten en reyes o reinas. Y tras los reprobables comentarios antisemitas que le dieron la vuelta al mundo (YouTube, no te acabes), Galliano nos dejó bien claro que perdió, además de la cabeza, el prestigio y un sueldo de ensueño.



Lo que le pasó a Galliano no es un caso aislado: cada vez vemos más creativos perdiendo los estribos ante el estrés y las drogas--recordemos a Alexander McQueen y a Christophe Decarnin--pero ese no es el tema que me interesa tratar ahora. En este momento la atención se centra en el diseñador belga de 44 años que hasta hace un par de meses estaba desempleado; más que eso, en febrero de este año Raf Simons presuntamente era despedido. Este hombre que desde 2005 hizo un magnífico trabajo regresándole el coolness a Jil Sander, recibió las gracias de parte de sus jefes y le cedió su lugar a la mismísima Jil, que anunciaba su regreso. En esos días costaba entender cómo un diseñador tan alabado por la crítica, tan solicitado por las revistas y tan codiciado por los compradores tuviera que despedirse de su puesto de forma así de dramática. Su último desfile, una elegante oda a la femineidad de los años cincuenta, le valió la ovación de pie del público presente, lo que conmovió a muchos hasta las lágrimas.

Aunque desde entonces existían rumores de que Simons podría ser el elegido para llevar las riendas artísticas de Dior, papel ocupado temporalmente por Bill Gaytten, junto a él se erguían nombres del tamaño de Marc Jacobs, Alber Elbaz y Christopher Kane. De hecho, Simons no era favorito. Después de todo sus diseños minimalistas chocan con el barroquismo de la casa de modas francesa, sus desfiles sencillos no tienen nada que ver con los espectáculos excesivos que Dior maneja, y su personalidad reservada se contrapone a la excentricidad de Galliano. Pero, ¿no es justo este el cambio que necesita una casa de modas saboteada por el escándalo? El que Bernard Arnault, Presidente de LVMH y dueño de Dior, haya puesto sus ojos en un diseñador de bajo perfil, aunque pudiera parecer una jugada atrevida habla bien de las prioridades de la marca. Porque todo lo que a Simons le falta en histrionismo le sobra en talento.

Es reconfortante saber que a veces, aún dentro del agresivo mundo de la moda, el que trabaja bien recibe lo que merece, sin necesidad de grandes aspavientos o dramas. Y no creo que el chico la tenga fácil. El estar detrás de un gigante como Dior requiere compromiso, creatividad y trabajo duro, pero realmente confío en que Simons lo hará bien. Pase lo que pase, lo que es seguro es que de entre todos los desfiles de Alta Costura que veremos en julio el de Dior será el más emocionante.

Aquí ya hay piel chinita.

Editora, publicista y bloguera de moda. Columnista para Vogue.mx, Modo de El Excélsior e Hipertextual. Sus publicaciones han aparecido en La Tempestad, Revista 192, Nylon México y Tomo de El Excélsior. Su blog, Your Mother Should Know, ha sido recomendado en Harper's Bazaar México, Quién, El Norte, Cool Hunter México, FutureClaw y Fashion Stake; en 2010 fue considerada uno de los “37 personajes que hacen la moda en México”, según Elle MéxicoEs editora oficial de moda en Tumblr. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario